lunes, 31 de mayo de 2010

Retrato de Miguel Valdéz 1

Miguel no era agradable en lo inmediato, en el trato personal o en asuntos de protocolo. No obstante resultaba encantador en su práctica docente, durante sus intervenciones académicas y, más que nada, en todo ejercicio que implicara debate y crítica. No era de extrañar que el profesor no tuviera, para entonces, amigos en la facultad. Los colegas lo respetaban - si no por sus años sí por sus colmillos- pero invariablemente lo evitaban. Valdéz era un solitario, él lo sabía y aprendió a llevar -hasta el puto de sentir cierto orgullo- de un apodo que, aunque poco ingenioso por lo obvio, le generaba identidad: “el paria”.

domingo, 30 de mayo de 2010

Miscelánea apócrifa, habla Juan de Mairena

"Es el descontento, amigos queridos, la única base de nuestra ética. Si me pedís una piedra fundamental para nuestro edificio, ahí la tenéis."

(Machado, Antonio. Juan de Mairena II. 1998. España. Cátedra. p. 110)

sábado, 29 de mayo de 2010

Confesiones de Miguel Valdéz 2

Amanece. Ha llovido toda la noche y en mi sonido local se eleva un Mozart intimista y simple... La magia del piano de Goulda, la impotencia en la memoria y el primer sorbo del último whisky me conducen de vuelta a mis antípodas: a ti de nuevo... Hora de seguir.

Sentencias de Miguel Valdéz en clase 4

... No. No creo que pueda trazarse tan fácilmente la distinción entre la genialidad y la locura. Sé de gente que, sin ser genial está piradísima y por otro lado de tipos que son, sin duda, geniales pese a llevar una vida de lo más ortodoxa y aburrida. Bach por ejemplo, el viejo Bach tan admirado correspondía a estos últimos: Tachado de genial - dadas las condiciones en las que llegó su arte al mundo; un legado que no ha podido ser comprendido y, mucho menos superado - su esencia de vida, sin embargo, estuvo plagada de una medianidad cotidiana extraordinaria que, a los ojos de cualquiera que lo hubiese visto por la calle, podría haberlo hecho aparecer más bien como un circunspecto maestro o un predicador de pueblo... Nadie excepcional si su obra no nos hubiera dejado en claro que el señor Juan Sebastián tenía una doble vida que no sólo era la de un genio sino que, precisamente por ser doble, era también la de un loco.

Sentencias de Miguel Valdéz en clase 3

En términos generales la revolución de la complejidad vino como consecuencia de la salida al mundo de las mujeres. Éstas, como criaturas habitualmente reprimidas y orilladas a generar mundos subterráneos, desencadenaron las potencias que hoy le hacen huecos por doquier a los muros otrora sólidos de la racionalidad masculina.

noche

Cada noche, al intentar perderme en la inconsciencia, me encuentro con todo lo que fui sin saber - ni por asomo - que soy en realidad.

Mi escalera

Situado a la mitad de la escalera de mi vida no sé con certeza si subo o bajo porque, en torno a mí, no hay nada que me permita hacerme de una referencia.

sábado, 22 de mayo de 2010

Catástrofes morales

Decía Don Juan de Mairena:

"En toda catástrofe moral sólo quedan de pie las virtudes cínicas. ¿Virtudes perrunas?. De perro humano, en todo caso, solo fiel a sí mismo" (Machado, A. Op. Cit. p. 135).

Contrariamente, en la crisis del Hoy - México, el cinismo aparece no como consecuencia sino como causa de dicha disolución moral. La auto fidelidad, la complacencia y la indolencia que distinguen al mexicano no son sino los nexos que nos unen y habilitan a nuestros dirigentes a abanderar esas virtudes perrunas que tenemos por valores.

viernes, 21 de mayo de 2010

Confesiones de Miguel Valdéz

¿Por qué seguir preocupándonos por las razones?... éstas finalmente desaparecen cuando se presentan las ocasiones. ¿Por qué seguir esperando las ocasiones?... éstas no existen si, de antemano, carecemos de razones.

¡Que vida paradójica! No puedo creer que cuarenta años en la búsqueda de sentido puedan reducirse, en segundos, a un mero repertorio de perplejidades.

jueves, 20 de mayo de 2010

Sitio. Miguel enamorado.

Me pones sitio como a una ciudadela. Al igual que sus habitantes espero a que tus armas me dobleguen o, finalmente, lo hagan la peste o la ansiedad de la espera… La desesperación.

Lo que de mí queda depende de terceros. Mercenarios que se van como la leña en el invierno ante la contundencia del frío que te reviste.

Voy contra tu ánimo y contra el tiempo. No hay defensa ante tu belleza. No hay escape, sólo resistencia.

lunes, 17 de mayo de 2010

Desencanto

Para él vivir era un trámite más, era hacer fila permanentemente. La muerte, lo intuía de cierto modo, no cambiaría nada... implicaba el mismo consuelo que sentía ante la voz del cajero o dependiente anunciándole su turno.

Decisión

Sabía que iba a morir; no tenía la menor duda al respecto y consecuentemente había logrado exorcisar hasta el último dejo de temor. Su gran tragedia, sin embargo, era tener que aplazar el momento una y otra vez por no saber cómo enfrentarlo dignamente: con elegancia y revestido de buen gusto.

domingo, 16 de mayo de 2010

Mairena 1

Me guía en el esfuerzo de escritura la contundencia de Juan de Mairena quien, recordando a Abel Martín, decía en forma breve y precisa que:
"Los grandes poetas son metáfisicos fracasados. Los grandes filósofos son poetas que creen en la realidad de sus poemas. El excepticismo de los poetas puede servir de estímulo a los filósofos. Los poetas, en cambio, pueden aprender de los filósofos el arte de las grandes metáforas, de esas imágenes útiles por su valor didáctico e inmortales por su valor poético. Ejemplos: El río de Heráclito, la esfera de Parménides, la lira de Pitágoras, la caverna de Platón , la paloma de Kant, etc.
Tambien de los filósofos pueden aprender los poetas a conocer los callejones sin salida del pensamiento, para salir -por los tejados- de esos mismos callejones; a ver, con relativa claridad, la natural aporética de nuestra razón, su profunda irracionalidad, y a ser tolerantes y respetuosos con quienes la usan del revés, como Don Julio Sanz del Río usaba su gabán en los días más crudos del invierno, con los forros hacia fuera, convencido de que abrigaba más."

Machado, Antonio. Juan de Mairena. Libro 1. España, Editorial Cátedra. 1999 (cuarta edición) pp 191-192.

viernes, 14 de mayo de 2010

Confesiones de Miguel Valdéz

He aprendido a ver el mundo como el lector que inicia un libro sólo para percatarse - al cabo de unos párrafos - de que no puede seguir leyendo. La vida es una novela que se pospone una y otra vez queriendo encontrar un mejor momento para retomarla.

Confesiones de Miguel Valdéz

Ha sido permanente mi falta de vocación para socializar. Parece haberlo sido también la vocación de los demás para evitarme. ¿Será mi destino el ostracismo? ¿Estaré cavando el hoyo en el que en algún momento he de arrojarme para permanecer allí, tumbado, mientras rezo con fervor porque alguien de fuera llegue –finalmente- a rellenarlo?...

He querido con toda mi energía revertir los signos, empatar, complementarme y bueno... no es posible. Mi mentira y mi afán afloran sobre el rostro como gotas de un sudor frío que expone al mundo mi estado febril e infeccioso. Soy un gran engaño ambulante, el tótem de una tribu extinta que se congeló en un rincón del bosque esperando y al que hoy, todos los recién llegados, se afanan por tirar.

Mi colapso parece inevitable… me lo muestran los años, la falta de voluntad y de vocación; me lo muestran las páginas no escritas y la accidentada cuesta social que aún tengo por delante. Mi esfuerzo: Volver los ojos al detalle y ver – en lo sucesivo- la insignificancia que puede volver a toda ruina relevante y al texto como un proceso que se perpetúa sin las restricciones de un principio y un final; al aire en su fluir constante y a los ojos sorprendidos de una alumna como la única fuente de belleza permanente.

jueves, 13 de mayo de 2010

Sentencias de Miguel Valdéz en clase 1

En su afán por sujetar al caos el hombre tejió una red de la cual no puede ya tirar porque en ella se ha atascado.

Sentencias de Miguel Valdéz en clase 2

La realidad es parca y aburrida… hemos tenido que inflarla y, para ello, nos hemos encadenado a la tiranía de los signos.