Miguel no era agradable en lo inmediato, en el trato personal o en asuntos de protocolo. No obstante resultaba encantador en su práctica docente, durante sus intervenciones académicas y, más que nada, en todo ejercicio que implicara debate y crítica. No era de extrañar que el profesor no tuviera, para entonces, amigos en la facultad. Los colegas lo respetaban - si no por sus años sí por sus colmillos- pero invariablemente lo evitaban. Valdéz era un solitario, él lo sabía y aprendió a llevar -hasta el puto de sentir cierto orgullo- de un apodo que, aunque poco ingenioso por lo obvio, le generaba identidad: “el paria”.
lunes, 31 de mayo de 2010
Retrato de Miguel Valdéz 1
domingo, 30 de mayo de 2010
Miscelánea apócrifa, habla Juan de Mairena
sábado, 29 de mayo de 2010
Confesiones de Miguel Valdéz 2
Amanece. Ha llovido toda la noche y en mi sonido local se eleva un Mozart intimista y simple... La magia del piano de Goulda, la impotencia en la memoria y el primer sorbo del último whisky me conducen de vuelta a mis antípodas: a ti de nuevo... Hora de seguir.
Sentencias de Miguel Valdéz en clase 4
Sentencias de Miguel Valdéz en clase 3
En términos generales la revolución de la complejidad vino como consecuencia de la salida al mundo de las mujeres. Éstas, como criaturas habitualmente reprimidas y orilladas a generar mundos subterráneos, desencadenaron las potencias que hoy le hacen huecos por doquier a los muros otrora sólidos de la racionalidad masculina.
noche
Cada noche, al intentar perderme en la inconsciencia, me encuentro con todo lo que fui sin saber - ni por asomo - que soy en realidad.
Mi escalera
Situado a la mitad de la escalera de mi vida no sé con certeza si subo o bajo porque, en torno a mí, no hay nada que me permita hacerme de una referencia.
sábado, 22 de mayo de 2010
Catástrofes morales
viernes, 21 de mayo de 2010
Confesiones de Miguel Valdéz
¿Por qué seguir preocupándonos por las razones?... éstas finalmente desaparecen cuando se presentan las ocasiones. ¿Por qué seguir esperando las ocasiones?... éstas no existen si, de antemano, carecemos de razones.
¡Que vida paradójica! No puedo creer que cuarenta años en la búsqueda de sentido puedan reducirse, en segundos, a un mero repertorio de perplejidades.
jueves, 20 de mayo de 2010
Sitio. Miguel enamorado.
Me pones sitio como a una ciudadela. Al igual que sus habitantes espero a que tus armas me dobleguen o, finalmente, lo hagan la peste o la ansiedad de la espera… La desesperación.
Lo que de mí queda depende de terceros. Mercenarios que se van como la leña en el invierno ante la contundencia del frío que te reviste.
lunes, 17 de mayo de 2010
Desencanto
Para él vivir era un trámite más, era hacer fila permanentemente. La muerte, lo intuía de cierto modo, no cambiaría nada... implicaba el mismo consuelo que sentía ante la voz del cajero o dependiente anunciándole su turno.
Decisión
Sabía que iba a morir; no tenía la menor duda al respecto y consecuentemente había logrado exorcisar hasta el último dejo de temor. Su gran tragedia, sin embargo, era tener que aplazar el momento una y otra vez por no saber cómo enfrentarlo dignamente: con elegancia y revestido de buen gusto.
domingo, 16 de mayo de 2010
Mairena 1
Machado, Antonio. Juan de Mairena. Libro 1. España, Editorial Cátedra. 1999 (cuarta edición) pp 191-192.
viernes, 14 de mayo de 2010
Confesiones de Miguel Valdéz
He aprendido a ver el mundo como el lector que inicia un libro sólo para percatarse - al cabo de unos párrafos - de que no puede seguir leyendo. La vida es una novela que se pospone una y otra vez queriendo encontrar un mejor momento para retomarla.
Confesiones de Miguel Valdéz
Ha sido permanente mi falta de vocación para socializar. Parece haberlo sido también la vocación de los demás para evitarme. ¿Será mi destino el ostracismo? ¿Estaré cavando el hoyo en el que en algún momento he de arrojarme para permanecer allí, tumbado, mientras rezo con fervor porque alguien de fuera llegue –finalmente- a rellenarlo?...
He querido con toda mi energía revertir los signos, empatar, complementarme y bueno... no es posible. Mi mentira y mi afán afloran sobre el rostro como gotas de un sudor frío que expone al mundo mi estado febril e infeccioso. Soy un gran engaño ambulante, el tótem de una tribu extinta que se congeló en un rincón del bosque esperando y al que hoy, todos los recién llegados, se afanan por tirar.
jueves, 13 de mayo de 2010
Sentencias de Miguel Valdéz en clase 1
En su afán por sujetar al caos el hombre tejió una red de la cual no puede ya tirar porque en ella se ha atascado.
Sentencias de Miguel Valdéz en clase 2
La realidad es parca y aburrida… hemos tenido que inflarla y, para ello, nos hemos encadenado a la tiranía de los signos.